El Camelot de África
En la región africana conocida como “el cuerno de África” en la costa Este del continente se encuentra el sorprendente país de Etiopía. A finales de los años 90 era realmente un país desconocido del que había poca información y tan sólo un puñado de locos nos habíamos adentrado para descubrir las maravillas arqueológicas, paisajísticas y etnográficas que atesoraba este impactante país.
Más de 20 años después muchas cosas han cambiado, para mejor, especialmente en cuanto a infraestructuras las cuales hoy, aunque todavía con ciertas precariedades, no tienen nada que ver con las que me encontré en mi primera aventura etíope. Los posteriores viajes que he realizado a Etiopía me han permitido comprobar de primera mano la evolución de este país con una diversidad tanto ecológica como cultural imposible de encontrar en otro país del continente negro.
En el Norte, área montañosa y con mejores infraestructuras hoteleras y de comunicación que en el resto del país, podremos disfrutar de una combinación de paisajes y arquitectura. Desde Addis Abbeba en un corto vuelo se llega a la actual capital de la región Amhara: Bahar Dar. Lo interesante de volar hasta aquí es el tener la oportunidad de navegar por el Lago Tana, el más grande de Etiopía y nacimiento del río Nilo, aquí llamado Nilo Azul y que a su vez forma a unos 30 kms de distancia las preciosas Cataratas del Nilo Azul, unas de las más importantes de todo el continente. Sin duda alguna estos parajes son obligados en cualquiera de las visitas al Norte de Etiopía, especialmente en los meses de Septiembre a Octubre que es cuando más agua llevan las cataratas debido a que la temporada de lluvias genera mayor flujo de agua y la central hidroeléctrica abre sus compuertas.
Continuando la exploración la ruta nos conduce hacia el Norte del Lago Tana donde se encuentra la ciudad de Gondar. Fundada en el siglo XVII por el emperador Fasilidas, Gondar es única debido al complejo de castillos medievales que no encontrarás en ningún otro lugar no sólo en Etiopía sino en todo África, razón por la que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Además del atractivo con el que cuenta este complejo arquitectónico, es muy probable que además te surja la pregunta de cómo fue posible que a un emperador africano se le ocurriese erigir un tipo de construcción ajena a cualquier lugar del continente y que era exclusiva de la Europa Feudal. Mi opinión personal es que la influencia que el sacerdote español Poncio tuvo sobre Fasilidas me hace pensar que fue quien le transmitió que los reyes en Europa vivían en castillos y que por lo tanto el podría hacerlo también.
Abandonando la ciudad y continuando por carretera hacia el Norte se llega a las impresionantes montañas Simiens, consideradas por muchos como el techo de África, no porque aquí encontremos la montaña más elevada de África, honor que le corresponde al Kilimanjaro en Tanzania, sino porque esta cadena de montañas es una de las más extensas del continente con el mayor número de picos que superan los 4,000 metros de altitud.
Además de la belleza de la orografía también encontramos especies endémicas como el íbice de Etiopía, el gelada y el lobo etíope. En cuanto a aves, para mi la que sobresale sobre el resto de las aves que podemos observar en las Simiens es el quebrantahuesos, un precioso buitre que como dice su nombre se alimenta fundamentalmente de huesos que quiebra al soltarlos desde el aire para poder ingerirlos con mayor facilidad. Una preciosa y llamativa ave que frecuentemente aparece en el cielo de estas montañas.
El íbice de Etiopía o abisínico es una cabra salvaje que se encuentra en peligro de extinción y habita exclusivamente en las montañas Simiens donde únicamente sobreviven unos 500 individuos por lo que existe un alto riesgo de extinción.
Pero si hay un animal emblemático de estas montañas ese es el gelada, primate también endémico de Etiopía que llega a formar grupos de hasta 600 individuos al atardecer cuando se reúnen en los acantilados.
El viaje podemos finalizarlo en el que quizás sea el lugar más emblemático del país: Lalibela. Esta pequeña localidad cuenta con uno de los complejos religiosos más importantes de todo el mundo al albergar un conjunto de iglesias que fueron excavadas en roca hacia el siglo XII, aunque con criterio algunos arqueólogos datan las iglesias entre el siglo X y XIII. Las 11 iglesias de Lalibela, todas ellas diferentes en tamaño, color de la roca y estilo arquitectónico, se dividen en 3 grupos dependiendo su localización.
Una característica común de las iglesias de Lalibela es que son rectangulares excepto la iglesia de San Jorge que es cruciforme y la más llamativa por lo que es la iglesia más representativa de Lalibela y la más reconocible puesto que su arquitectura hace que sea la más fotogénica de todas y por lo tanto la que aparece en la inmensa mayoría de las fotografías que encuentras en revistas, internet y redes sociales.
Probablemente el Norte de Etiopía hará cambiar la posible imagen que tengas del país debido a sus preciosos paisajes de montañas, el verdor de sus valles y por supuesto la riqueza arqueológica que vas a encontrar.